sábado, 13 de noviembre de 2010

TACTICA Y ESTRATEGIA DE LA MADRE

Las madres que viajan en colectivo tienen un terrible trauma que no pueden superar: quieren sentarse sí o sí.
Y hablamos de trauma, ya que ocurre que luego de varios meses de embarazo en que por lo general les daban el asiento (y si no elaboraban otras tácticas de las cuales ya hablaremos en otro post), el hecho de que el “nene haya crecido” y nadie les de bola, las pone más hinchapelotas que de costumbre. ¿Cuál es la víctima? : el Sufrido Pasajero que quiere viajar en paz.
El nene que acompaña a la madre será deliberadamente utilizado para lograr el asiento.
Ambos suben, previo grito de “un momentoooooo”. El colectivo está hasta las bolas, en el segundo asiento de dos siempre hay un pibe con auriculares y está del lado del pasillo. A su lado, un tipo cincuentón que va durmiendo. Eso siempre pasa.
Objetivo de la madre: dejar en evidencia lo maleducado que es el adolescente así los demás le reciminan mirándolo y con dicha mirada incitarlo a pararse. Plan B: despertar al cincuentón y hacerlo quedar como un “tipo grande que debería ser un caballero y dar el ejemplo al pibe maleducado que va al lado y que no se levanta
A tales fines, la madre deberá ir despeinada (nunca una madre bien peinada es la que pide el asiento, vaya uno a saber porqué). Acto seguido, deberá aprovechar cualquier mínima frenada para decirle a su nene: “ARIELITO AGARRATE BIEN”. El nene hace que tambalea (los niños son turros cuando se lo proponen).
Sempre que ocurre ésto, dos viejas al menos se dan vuelta y miran. La madre apuesta todo a que las miradas inquisidoras de las viejas para con los maleducados solucionen la situación.
Pero nada ocurre. El adolescente no sólo va con auriculares sino que está mensajeando boludeces sin fin y sonriéndose cuando recibe una respuesta, para que los demás vean que es un “adolescente aceptado entre los suyos”. El cincuentón, como si adivinara lo que va a ocurrir, comienza a abrir su boca mientras duerme. El “abrir la boca” es un rictus infalible, dando a entender que “uno está dormido en serio”.
El colectivo frena más fuerte. Es la gran chance de la madre de ir a por todo. “¡ARIELITO TE DIJE QUE TE SOSTUVIERAS, HIJO!”
En realidad el nene está bien y mira asombrado a su madre, sin entender por qué esta lo caga a pedos otra vez.
Luego de esta contundente puesta en escena, puede ocurrir lo siguiente:

1- Una de las viejas inquisidoras se “saca” y lo increpa al adolescente maleducado;
2- El cincuentón se despierta y como ve que enfrenta hay una mina que lo mira, se hace el galante y resuelve la situación con una sonrisa onda Harrison Ford de los años ochenta;
3- Ante la ausencia de viejas, la propia madre le pide de mala manera el asiento al adolescente.

Pase lo que pase, la madre, una vez sentada, con el párvulo encima de sus faldas, mirará a su alrededor buscando una cara cómplice para hacer un gesto de “qué vergüenza, así estamos”...

imagen:
http://www.dracaroline.com/

1 comentario:

  1. Uhhh acá sí hay historias para contar...
    Pasaré seguido a molestarte y contarte algunas anécdotas.
    Con respecto a las "brujas que suben con los niños alzados y las piernas le cuelgan hasta el piso"y las mismas que comentás en este post, hay millones...Como hay millones "Los anticaballeros que no se mueven y se hacen los sonsos".
    Cuantas veces yo, sentada atrás de todo tengo que ceder mi asiento.
    Un beso y genial tu blog
    Vuelvo eh!!tengo mucho para contar.

    ResponderEliminar

Haciendo honor a la mala educación de varios colectiveros, los comentarios no serán respondidos, pero dentro de los mismos podés dejar tu historia que será leída por los demás pasajeros.